miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ella no se hizo Bruja.


Ella no se hizo bruja,
Nació bruja,
De pequeña,
Escuchaba el desdichado canto de las aves,
Gallinas y palomas.
Podía ver el sentir en los ojos del perro.
Caminaba despacio, mantenía el silencio.
Ella es.
Un ente universal,
La eligió la tierra.
Ella tiene un portal y un lecho,
no lo sabe,
Ella llora.
Murmullo de siglos.
Llanto eterno,
Y condena.
Le enseñaron a hablar.
Prefirió escuchar,
El canto de las aves,
Gallinas y palomas.
Le enseñaron a vivir,
Le robaron el silencio.
Le impusieron las palabras.
El olvido como dogma.
El olvido como dogma.
El olvido como dogma.
Olvidó su útero.
Olvidó su bosque.
Olvidó su llanto.
Educaron su ego
Ya poco quedaba.
Flor en jarro de oro.
Ya no lloraba.
Solo a vece.
Rígida e inmóvil,
Se sabía perdida.
Mas sonreír la alivio de males.
Ella Tenía un portal.
Pero no lo sabía.
Un día,
Sintió el murmullo,
Bajo su vientre.
Su madre y todas sus madres
Sus hijas, todas sus hijas,
La levantaron del letargo,
Le mostraron la danza del viento.
El rugido del universo.
El murmullo de los árboles.
Comprendió que lo femenino,
Es lucha,
Movimiento,
Acción,
Lo femenino,
Es la magia,
Unión.
Comprendió que no hay saber que se aprenda en la domesticación.
Que fuera de la naturaleza todo es falso.
Que las personas comunes perdieron,
La lucha, el movimiento y la acción.
Escaló un árbol,
Sintió sus grietas,
Gritó.
Encaro a los demonios.
Y en la cima,
Despertó.


Khimaira Küyen.

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